Con ocho nominaciones a los Goya, El desconocido es una de las grandes favoritas de cara a la 30ª edición de los Premios de la Academia de Cine que se celebrará el sábado 6 de febrero. Una cinta que evidencia la buena salud del thriller español y en la que su protagonista, Luis Tosar, explora lugares a los que nunca antes había llegado como actor.
"Esto es lo más lejos que yo he llegado como actor. Y aunque he tenido papeles mucho más complejos que este como personaje, nunca uno con tanta exigencia a nivel emocional y de llegar a estados anímicos tan extremos. Nunca me había enfrentado a algo así", reconoce Tosar, nominado al Goya como mejor actor, en una entrevista a Europa Press concedida con motivo del lanzamiento de la edición 'Todo en Uno' (Blu-Ray, DVD y Copia Digital) de El desconocido.
Una cinta de la que dice sentirse "superorgulloso" ya que, asegura, nunca se había visto en una "tesitura" igual como actor: encerrado durante hora y media en un coche con una bomba debajo del asiento. "Nunca me había visto en esta tesitura y tampoco había visto a mucha gente hacerlo, y cuando lo hacía me preguntaba.. ¿como coño llegaban a esto?", afirma Tosar, que aspira a conseguir su cuarto Goya con este intenso trabajo. Una nominación en la que tiene mucho que ver el director, el debutante Dani de la Torre.
"Como actor forzar la máquina es algo a lo que te lanzas pero necesitas que alguien te apriete las tuercas, que te obligue a llegar a ciertos lugares", subraya el actor que destaca la gran "soltura" y "seguridad" de un director con una ya sólida trayectoria pero que debutaba en un largometraje con una cinta compleja. Un reto que, visto el resultado final, superó con creces.
"A pesar de que todo era muy complicado, todo el tiempo metidos en un coche, mucha implementación técnica, muchas cosas que son nuevas... todas las premisas eran a priori muy jodidas, hacían que te la jugases, pero yo confiaba mucho en Dani y luego fue todo muy bien", recuerda Tosar, que valora la buena salud del thriller español como un regreso a una senda abandonada hace algunos años.
"Es retomar un testigo que habíamos perdido en algún momento". El actor recuerda además las buenas películas de género que se hacían en los sesenta y setenta. "Un buen thriller, aunque más callejero, más bizarro... pero no dejaban de ser muy buenas películas y había una cierta tradición. En algún momento se perdió y ahora hemos retomado ese testigo", apunta en referencia a títulos como Celda 211, No habrá paz para los malvados o la más reciente La isla mínima, sin olvidar las todavía inéditas Cien años de perdón y Toro, que verán la luz este año y que él mismo protagoniza.
En todo caso Tosar subraya que en España "la cinematografía es muy diversa y amplia" y en ella "hay de todo y muy bueno". "Pero quizá nos faltaba superar el pudor de atrevernos a hacer películas más grandes con poco dinero, que es nuestro hándicap siempre", algo que ha solventado lo que el actor define como "la democratización de la tecnología". "Ahora con un dron puedes hacer un plano aéreo de puta madre y hace unos años no lo tenías", sentencia.
De cara a los Goya, y a la carga reivindicativa que tendrá la gala a la que asistirá el ministro de Cultura Íñigo Méndez de Vigo, Tosar señala que últimamente el lema es "mirad lo que somos capaces de hacer a pesar de cómo estamos", pero también exige un cambio que, a su juicio, es necesario para el cine español.
"Tiene que haber un cambio de política, sobre todo en el tema de política fiscal. Nosotros lo que necesitamos es, tal y como se está transformando la industria, una política de incentivos real que nos permita negociar con inversores", explica el actor que si bien reconoce que las subvenciones "son necesarias" para un tipo de cine -"ese cine de pura autoría, de arte y ensaño, que necesita un apoyo institucional y si no está casi condenado a desaparecer"- más allá el resto necesita sobre todo "un incentivo fiscal claro que nos permita negociar".
"Si no no puedes convencer a nadie para que meta su dinero en una película porque le parece el peor negocio del mundo. Y es que o tienes un 'pepinazo' de película o es muy difícil luego recuperarlo", señala.
