Premios Goya: las intervenciones más reivindicativas

Las galas de los Premios Goya han dado días de gloria para actores, actrices, directores o guionistas. Pero también han servido en más de una ocasión como altavoz de crítica social y de diferentes reivindicaciones. El famoso 'No a la guerra' de 2003 no es un caso aislado. El cine español, por encima de otros sectores, ha tenido en los últimos años una predilección especial por situarse políticamente y aprovechar su posición para difundir sus mensajes.
 
El gran hito reivindicativo en la historia de los premios Goya lo protagonizó el cine español casi bloque en la gala de 2003. Entonces, en medio de un clamor popular de rechazo al apoyo del Gobierno de José María Aznar a la guerra liderada por Estados Unidos en Irak, actores y directores convirtieron la gala en un alegato contra el conflicto. Una gran parte de las intervenciones recordaron el respaldo de España a la intervención y lanzaron continuos dardos contra el Gobierno del PP. El 'No a la guerra' lució en las solapas de trajes y vestidos durante toda la gala. Para el recuerdo quedarán las intervenciones del Gran Wyoming, Willy Toledo, Rosa María Sardà, Willy Toledo o Alberto San Juan, a los que se sumó con gustó una gran parte de los asistentes al acto con el grito de la noche: 'No a la guerra'.

Como era de esperar, la jornada festiva del cine español arrastró una polémica que todavía se recuerda hoy.
 
La edición del pasado año tampoco estuvo exenta de controversia. El ambiente entre los actores se había caldeado en los días previos. Muchos de ellos ya habían protagonizado en público actos contra el Gobierno de Mariano Rajoy y contra los recortes. Pero la gota que había colmado el vaso de la indignación del sector fue el alza del IVA cultural decidida en julio de 2012.
 
Ante las llamadas previas del presidente de la Academia, Enrique González Macho, a la moderación en los discursos, el actor Tristán Ulloa anunció públicamente que no acudiría a la gala. El evento, en cualquier caso, estuvo caracterizado por mensajes reivindicativos como el de Candela Peña, que pidió "trabajo". "Tengo un niño que alimentar", explicó. Además denunció que su padre murió en un hospital público "donde no había mantas para taparlo y le teníamos que llevar el agua".

También tuvo carga política el discurso de la presentadora, Eva Hache, que se acordó de la subida del IVA, de José Ignacio Wert o de la 'amnistía fiscal' decretada por el Gobierno del PP. Javier Bardem, mientras tanto, levantó la bandera del Sáhara Occidental en su intervención, y tiró un dardo envenenado al PP al abrir el sobre que contenía el nombre de la mejor película: "Ay, los sobres, los sobres€", soltó en referencia a los presuntos sobresueldos en el Partido Popular.
 
También Maribel Verdú aprovechó para lanzar un mensaje de marcado tinte social, acordándose de quienes habían perdido "sus casas, ilusiones, futuro, hasta sus vidas por culpa de un sistema quebrado, injusto y obsoleto que permite robar a los pobres para dárselo a los ricos".
 
Pero estas no son las únicas ediciones que han presenciado este tipo de reivindicaciones. En 2012, Isabel Coixet, que ganó el Goya al mejor documental por 'Escuchando al juez Garzón', dedicó unas palabras en defensa del magistrado, inhabilitado durante once años por prevaricación: "Preferiría que no hubiera paz para los malvados, pero para algunos sí la hay", lamentó en referencia las víctimas del franquismo.
 
En 2011, la polémica de los Premios Goya se centró en la denominada ley Sinde. En el exterior, partidarios del grupo Anonymous, parte de ellos bajo las máscaras de Guy Fawkes, se concentraron en protesta por la medida promovida por el Gobierno del PSOE, que limitaba el uso y acceso a internet para defender los derechos de autor. Al día siguiente, Álex de la Iglesia presentó su dimisión como presidente de la Academia del cine por sus divergencias con la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. En la gala aparecieron cogidos del brazo, en una imagen con mucho de forzada.
 
Iglesia, terrorismo y periodistas
 
La Iglesia tampoco se ha salvado de las críticas del cine español en las galas de los Premios Goya. En 2009, Jaume Roures, productor de 'Camino', el filme de Javier Fesser que triunfó ese año dejó su pulla: "Para amargarnos nos casamos, tenemos hijos adolescentes€ y tenemos al Opus Dei". Un año antes, Alberto San Juan, al recoger el premio al mejor actor pidió la "disolución definitiva de esa cosa que se llama Conferencia Episcopal".
 
En 2003 fueron la victimas del terrorismo las que se manifestaron en el exterior del Palacio de Municipal de Congresos de Madrid en protesta contra 'La pelota vasca, la piel contra la piedra', un documental Julio Medem que pretendía retratar a la sociedad vasca y su postura respecto al terrorismo de ETA. "No al Medem, y No al Pelota Vasco: la nuca contra la bala", era la proclama de la víctimas, que apreciaban en la obra una cierta complacencia respecto al entorno de los terroristas.
 
En 1998, medio año después del asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA, la gala, de la mano del entonces presidente de la Academia, José Luis Borau, se manifestó contra el terrorismo.
 
En 1991 los periodistas se erigieron en los protagonistas. Sin plaza en un lugar adecuado, los periodistas, que tuvieron que seguir la gala entra los bastidores, prorrumpieron n protestas al grito de "¡fuera, fuera!" al aparecer en escena el presidente de la Academia, entonces Antonio Giménez-Rico.