Carlos Marques-Marcet (Barcelona, 1983) ha logrado el Goya al mejor director novel por "10.000 km", una cinta sobre las dificultades que acarrea el amor a distancia y la comunicación 2.0.
Marques-Marcet se ha impuesto con su ópera prima a Juanfer Andrés y Esteban Roel, directores de "Musarañas", a Beatriz Sanchís por "Todos están muertos" y a Curro Sánchez Varela por el documental "Paco de Lucía: la búsqueda".
"Hace seis años me fui a Estados Unidos porque pensaba que no podría hacer cine aquí pero no ha sido así", dijo al recoger el premio el realizador, para quien hacer esta película ha sido "una odisea y un viaje maravilloso".
Pero lo más importante es que ha podido compartir muchas cosas en este viaje y con mucha gente: "con un equipo que se dejó la piel"; "muchas dudas y angustias, pero también muchas cervezas con mis amigos"; con su familia; con los espectadores que han apoyado la película y con el Festival de Málaga.
Dedicó el premio a una nueva generación de cineastas "que están saliendo con propuestas arriesgadas" y pidió "a las televisiones que sigan apostando por este tipo de cine" porque, ha argumentado, "necesitamos pensarnos de otra manera".
"10.000 kilómetros" salió vencedora del pasado Festival de Málaga, donde se llevó cinco premios, incluida la Biznaga de Oro al mejor largometraje.
A nivel internacional, la cinta fue distinguida con premios a sus actores, Natalia Tena y David Verdaguer, en el Festival SXSW de Austin (Texas), lo que abrió el camino para su estreno en salas en Estados Unidos.
Tena estaba nominada a mejor actriz revelación, que se ha llevado Nerea Barros por "La isla mínima", y Verdaguer también está nominado en la misma categoría, un premio que aún no se ha anunciado.
Marqués Marcet realizó en 2009 su primer largometraje documental "De Pizarros y Atahualpas", una mirada a las contradicciones del Perú actual.
Tras obtener una beca, se instaló en Los Ángeles para cursar el estudios de máster de dirección cinematográfica en la facultad de cine y televisión de UCLA.